domingo, 21 de abril de 2013

AMOR Y FATALIDAD


                                              
El juego serio. Hjalmar Söderberg. Ediciones Alfabia. 2013. 316 páginas.

El juego serio es la obra cumbre de Hjalmar Söderberg (Estocolmo, 1869 – Copenhague, 1941) y uno de los grandes clásicos de la novela sueca del siglo XX. Aunque pueda parecer extraño, este libro, que vio la luz en Suecia en 1912, permanecía aún inédito en España hasta su reciente publicación por Ediciones Alfabia, que ya había publicado el pasado año Doctor Glas, la anterior novela de este escritor escandinavo muy poco conocido en nuestro país. Söderberg es también autor de la obra teatral Gertrud, de la que el gran director danés Carl Theodor Dreyer hizo una espléndida adaptación cinematográfica en 1965.

Según explica Elena Balzamo en su prólogo, El juego serio es en cierta medida una obra autobiográfica, que Söderberg habría escrito después de vivir una intensa experiencia amorosa que acabó con su matrimonio y le llevó al exilio danés del que ya no iba a regresar. El protagonista del libro es Arvid Stjiärnbloom, un joven  procedente del campo que llega a Estocolmo con la intención de abrirse camino en la ciudad. En ella conoce a Lydia Stylle, de la que se enamora y es correspondido. Arvid desea esperar a que su situación económica mejore para poder unir sus vidas. Sin embargo, Lydia se casa con un hombre muy rico y mucho mayor que ella y él acaba haciéndolo también con una chica que le quiere pero a la que él no ama verdaderamente. Cuando esa situación parece consolidada, Lydia reaparece en la vida de Arvid reavivándose la pasión entre ambos.

Aunque El juego serio es sobre todo una novela romántica, la historia está narrada en un estilo sobrio y conciso que huye de la grandilocuencia y del excesivo sentimentalismo. Las escenas están descritas con brevedad y de una manera muy realista y directa. La obra explora con gran fuerza el mundo de las pasiones y los vaivenes del amor desde una perspectiva fatalista y próxima al determinismo. Aunque tiene todavía mucho de la novela decimonónica y encontramos algunas similitudes con Balzac o Flaubert,  el narrador omnisciente presenta aquí un papel más limitado y las descripciones son breves y funcionales, dejando que los personajes se expresen siempre por sí mismos.

Además de la relación entre Arvid y Lydia, la novela da un cierto protagonismo a la ciudad de Estocolmo, donde transcurre casi por completo, y contextualiza históricamente el relato con alusiones a acontecimientos del momento, como el caso Dreyfus, las tensiones entre Suecia y Noruega, la guerra entre España y Estados Unidos, el conflicto ruso-japonés o las discusiones teológicas de la sociedad sueca de la época.

El juego serio es una novela exquisita, con el sabor de los grandes relatos y de la mejor literatura clásica. Tal vez esta cita del autor sea la mejor manera de intentar resumirla:”Creo en el deseo de la carne y en la soledad del espíritu”. Ese es el fatal destino de la relación entre Arvid y Lydia que tan magistralmente contó Hjalmar Söderberg hace prácticamente un siglo.

Carlos Bravo Suárez
           

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