domingo, 20 de octubre de 2013

UN NUEVO CASO DEL DETECTIVE VÍCTOR ROS


La última noche de Víctor Ros. Jerónimo Tristante. Plaza y Janés Editores. 2013. 448 páginas.

Tras la magnífica El valle de las sombras –que reseñamos aquí en su momento–, Jerónímo Tristante (Murcia, 1969) nos ha obsequiado con una nueva entrega de su serie de novelas que tienen como protagonista al detective madrileño Víctor Ros. Después de sus tres libros anteriores de la saga  –El misterio de la casa Aranda (2008), El caso de la viuda negra (2008) y“El enigma de la calle Calabria (2010), este último reseñado también en esta sección–, el escritor murciano acaba de publicar La última noche de Víctor Ros, en la que el sagaz y carismático investigador vivirá otra nueva, trepidante y enrevesada aventura.

Si las novelas anteriores transcurrían respectivamente en Madrid, Córdoba y Barcelona, en esta ocasión el famoso detective deberá trasladarse hasta Oviedo. Allí es requerido por su amigo el juez Agustín Casamajó para que intente aclarar el asesinato del hijo mayor de un rico empresario de la ciudad. El caso, del que hay dos sospechosos, se irá complicando con nuevas muertes que aumentan el misterio y obligan a Víctor Ros a emplearse a fondo y a enfrentarse a unos delincuentes tan sanguinarios como astutos y escurridizos. Para no estropear al lector el disfrute de la novela, no explicaré nada más de una trama compleja que, como en los casos anteriores, mantiene la intriga y el suspense hasta el último momento.

Quienes hayan leído las otras novelas de la saga se encontrarán con algunos personajes ya conocidos, entre los que destaca el pequeño Eduardo, que Ros ha adoptado como hijo tras haberlo recogido de la mendicidad de las calles de Barcelona en el libro anterior y que, ahora, al estar de vacaciones veraniegas, ayuda a su padre en las investigaciones ovetenses. Esto acentúa aún más el carácter familiar, algo atípico en el género, del detective, cuya esposa Clara también cobra protagonismo en el tramo final de la novela.

También la ambientación histórica en la década de los ochenta del siglo XIX en la provinciana Oviedo está muy lograda en esta nueva aventura de Víctor Ros: la descripción de las calles y plazas de la ciudad, las marcadas diferencias de clases, las duras condiciones de trabajo de los mineros, la penetración de las ideas socialistas, etc. Tristante se permite incluso algún guiño literario al lector, como la aparición puntual en el relato de algunos personajes de La regenta, de Clarín, novela coetánea de los acontecimientos narrados.

Aunque La última noche de Víctor Ros puede inscribirse en el género negro y policiaco, participa también de aspectos costumbristas y de muchos elementos del folletín decimonónico tan popular en la época. No hay duda de que el carácter inteligente, racional y deductivo de Víctor Ros bebe directamente del famoso Sherlock Holmes. El detective madrileño muestra siempre su devoción por la cultura anglosajona y es lector de autores como Dickens o el francés Dumas, aunque se declara sobre todo admirador de las magníficas novelas de Wilkie Collins.

Escrita con un lenguaje fácil y directo, y dirigida a un amplio público lector, esta nueva aventura de Víctor Ros gustará de nuevo a quienes disfrutan con la literatura de misterio, acción y continuos sobresaltos.


Carlos Bravo Suárez

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