domingo, 28 de febrero de 2016

ADIÓS EN AZUL

                                        
“Adiós en azul”. John D. MacDonald. Libros del Asteroide. 2015. 240 páginas.

John MacDonald (Pensilvania, 1916 – Wisconsin, 1986) fue un prolífico y popular novelista estadounidense del pasado siglo, autor de casi ochenta novelas del género policiaco y de misterio. Entre su extensa producción narrativa, destaca la serie de veintiuna novelas protagonizadas por su personaje preferido, el detective privado Travis McGee. Algunas de sus obras han sido llevadas al cine, destacando la película “El cabo del miedo”, basada en su relato “The executioners”.

En el pasado siglo XX se editaron en España algunas de las novelas de MacDonald, casi todas en viejas ediciones de Bruguera hoy descatalogadas. A finales del pasado 2015, Libros del Asteroide editó en nuestro país “Adiós en azul”, con traducción de Mauricio Bach, la primera novela de la serie de Travis McGee, publicada originalmente en Estados Unidos en 1964 con el título de “The Deep Blue Good-by”. La misma editorial anuncia para este año la edición en español de “Nightmare in Pink”, la segunda novela con Travis McGee como protagonista. Por expreso encargo de su editor, las veintiuna novelas de la serie contienen el nombre de un color en su título; de esa manera cada una de ellas era más fácil de reconocer por sus numerosos lectores.

Como ya se ha dicho, “Adiós en azul” es la primera de las novelas de MacDonald cuyo protagonista es Travis McGee, un personaje al que el escritor estadounidense irá perfilando y haciendo envejecer a lo largo de 21 años, desde la década de los 60 hasta la de los 80. McGee es un detective peculiar, un “recuperador”, que vive en un barco atracado en la costa de Florida, ganado en una partida de póker, y que solo trabaja cuando los ingresos anteriores empiezan a escasear. Su especialidad es recuperar dinero o bienes robados y sus honorarios suponen la mitad de la cantidad que debe recuperar. McGee es joven, fuerte y tiene cierto éxito con las mujeres, pero bajo la apariencia de un play-boy mujeriego, se esconde un personaje sensible y solitario. En esta novela, aunque todavía le queda dinero de su caso anterior, no sabe negarse al requerimiento de Cathy, una joven mujer que le pide que la ayude a recuperar un supuesto y misterioso tesoro escondido por su padre que ha muerto en la cárcel. El padre fue piloto militar en la línea India–China, en la que participó una pequeña fuerza aérea estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Tras volver de la contienda el padre mató a un excompañero y fue encarcelado. Fue en la prisión donde lo conoció el taimado y retorcido Junior Allen, quien al salir de la cárcel consiguió seducir a Cathy, madre de un hijo y abandonada por su anterior marido. También Allen la abandona tras maltratarla, para reaparecer luego convertido en un nuevo rico como consecuencia de haber encontrado el tesoro que el padre de Cathy había escondido en un lugar desconocido. Junior Allen se va a convertir en el malo de la novela, y de seductor y astuto ladrón va a devenir en peligroso maltratador y asesino de mujeres. No será fácil para McGee dar con él e intentar recuperar lo que busca.

“Adiós en azul” es una buena novela negra, con un conseguido personaje central protagonista que cuenta la historia en primera persona; pero también con acción, suspense y unos cuantos interesantes personajes secundarios, casi todos ellos mujeres a las que la vida, aun siendo jóvenes, no ha tratado demasiado bien. La novela transcurre en las costas de Florida, en las cercanías de Miami, en días soleados y calurosos, con abundancia de barcos, bañadores, bikinis, cuerpos bronceados y botellas de bourbon.

Es posible que uno de los motivos de la reedición de “Adiós en azul” sea su reciente adaptación cinematográfica. La película, cuyo rodaje al parecer ya está terminado, será probablemente estrenada en Estados Unidos tras el verano. Dirigida por James Mangold,  con el actor Christian Bale en el papel del detective Travis McGee y con la presencia de Peter Dinklage, Rosamund Pike y Nicola Peltz en el reparto. Posiblemente cuando la película llegue a las pantallas españolas ya haya sido publicada en nuestro país la segunda de las novelas de la serie McGee, que esperemos sea tan entretenida e intensa como la primera.

Carlos Bravo Suárez

domingo, 21 de febrero de 2016

MENTIRA

                                                          
                    “Mentira”. Care Santos. Edebé. 2015. 242 páginas.

Aunque Care Santos (Mataró, Barcelona, 1970) es licenciada en Derecho,  desde prácticamente su infancia ha mostrado una intensa pasión por la literatura que la ha llevado a convertirse en una escritora inquieta, prolífica y versátil. Ha publicado varias novelas para adultos (“El aire que respiras” y “Deseo de chocolate” son las dos últimas) y ejerce regularmente la crítica literaria en un importante suplemento cultural, pero destaca sobre todo como autora de numerosas narraciones para jóvenes lectores. En este género acaba de publicar “Mentira”, novela con la que ganó el Premio Edebé de Literatura Juvenil del pasado año 2015.

“Mentira” cuenta una historia de amor entre dos adolescentes. Xenia es una buena estudiante que quiere cursar la carrera de medicina para complacer a sus padres y está obligada para ello a obtener buenas calificaciones en el instituto. A través de un foro de lectura de internet, conoce a un chico que recomienda apasionadamente el libro “El guardián entre el centeno”, de J. D. Salinger. Xenia espera ansiosa las respuestas de su interlocutor virtual y se obsesiona con el misterioso joven, al que cada vez desea con más fuerza conocer personalmente. A partir de los pocos datos que el desconocido y hermético internauta le ha proporcionado, es ella quien, aun a costa de ver descender su rendimiento académico, se desplaza a la periferia de Barcelona para intentar localizar al muchacho. Enseguida descubrirá con decepción y rabia que son falsas las informaciones que él le ha dado. Abatida por el engaño, cuenta a sus padres la causa de su momentáneo hundimiento en los estudios y decide remontar de nuevo el vuelo. Cuando ya no lo esperaba, recibe un paquete que procede de un correccional de menores y que contiene la historia del joven Eric escrita por él mismo. En esa larga carta, explica su procedencia social y familiar y las causas que lo llevaron al castigo y al encierro que ahora padece. Conoceremos así el mundo de la delincuencia juvenil y los duros ambientes urbanos de la periferia de Barcelona, en los barrios azotados por el paro, la droga y la delincuencia que lindan con el aeropuerto de la ciudad, en El Prat de Llobregat. Y asistiremos a una historia de intereses y fidelidades que nos irá desvelando paulatinamente la verdadera y compleja personalidad del muchacho.

La novela está escrita en un estilo rápido y eficaz, que hilvana con fluidez los cortos capítulos que la componen. No hay en ella en ningún momento un narrador externo que intervenga, moralice u opine desde fuera; son los dos jóvenes quienes narran su propia historia en primera persona y sin intermediarios. Dos adolescentes de procedencia y extracción social opuesta. Ella, hija única de familia acomodada; él, de familia desestructurada y pobre,  obligado a vivir en los ambientes duros en los que se maneja un primo de más edad que lo protege, desempeñando en cierto modo la función del padre ausente. Sólo hay una cosa que une a Xenia y Eric, y que ha sido lo que los ha puesto en contacto: su mutua y apasionada afición a la lectura y a las bibliotecas. “A la gente que nos gusta leer, el mundo real nos da lo mismo. La única cosa que queremos es que nos dejen leer.”

Aunque tal vez contenga algunos tópicos del género juvenil de ambientes marginales, “Mentira” es una historia bien contada, que seguramente gustará bastante a la mayoría de los lectores jóvenes a los que va expresamente dirigida. Care Santos es experta en este género narrativo juvenil y se mueve en él como pez en el agua, con absoluta habilidad y destreza. Con esta novela, consigue de nuevo un buen retrato de unos determinados ambientes urbanos y construye un emotivo y sorprendente romance entre dos jóvenes que van a descubrir juntos, y de una manera inesperada, ese hermoso, absorbente y a veces contradictorio sentimiento al que llamamos amor.

Carlos Bravo Suárez

domingo, 14 de febrero de 2016

FARÁNDULA

                                       
“Farándula”. Marta Sanz. Anagrama. 2015. 240 páginas.

Marta Sanz (Madrid, 1967) es una de las voces más destacadas de la literatura española actual. Doctora en Filología, autora de once novelas, un par de poemarios y el reciente ensayo “No tan incendiario” (Periférica, 2014), ha recibido diversos premios y ha desarrollado una activa y fecunda carrera en diferentes apartados del mundo de las letras como la edición o la crítica literaria. Su revalorada novela “Lección de anatomía”, publicada en 2009 por RBA, ha sido reeditada recientemente por Anagrama, que ha publicado también “Farándula”, la última narración de la escritora madrileña con la que ganó el año pasado el prestigioso Premio Herralde de Novela.

Como puede deducirse de su título, “Farándula” es una novela protagonizada casi exclusivamente por  gente del espectáculo, actores y actrices de diferente pelaje y condición. Unos, como Natalia de Vicente o Manuel Valls, en la cima del éxito; aunque, en el caso del segundo, lejos de la tranquilidad profesional. Otras, como Valeria Falcón y, sobre todo Ana Urrutia, en el declive de su carrera o en una situación de abandono que roza la indigencia. “Farándula” es una novela ácida, de un realismo que mezcla la crítica y la ironía y que destaca las contradicciones, bajezas morales y verdaderos intereses de unos personajes que, además de al mundo del espectáculo, pueden representar a la sociedad actual en su conjunto. La búsqueda y la consecución del éxito que supone el enriquecimiento económico y la mejora de las condiciones de vida y el abandono de los que ya no sirven y quedan orillados en el abandono, el ostracismo y la miseria. Natalia de Vicente encarna el éxito asociado al atractivo físico y al lanzamiento a través de un reality show televisivo. Ana Urrutia, la vejez desamparada y triste tras una vida dedicada al teatro sin ambiciones pecuniarias ni preocupación suficiente por proteger su futuro. “La vida del cómico se caracterizaba por la trashumancia y la zozobra económica”.

Otro personaje interesante de la novela es Manuel Valls, autor español de éxito que vive en pleno centro de París, con su compañera Charlotte Saint-Clair, “una bróker filantrópica” que lo mima y lo cuida y desconfía de las visitas de su marido a Madrid y de sus viejas compañeras como Valeria Falcón. Valls encarna las actitudes contradictorias de un artista moderno que vive en el lujo parisino y firma manifiestos de contenido social contra el poder. Que rechaza pagar la pensión de la vieja Ana Urrutia y que al final se la lleva a su piso de París donde vive oculta en una habitación, odiada por Charlotte y al cuidado de una criada de la casa. Finalmente, el propio Valls será víctima fatal de sus propias contradicciones.

Una referencia muy presente en la novela es la de la película “Eva al desnudo” de Joseph L. Mankiewicz. Valeria Falcón y Natalia de Vicente interpretan a los dos principales personajes femeninos del film en una representación teatral de la misma que se ha montado en Madrid. Se establece un paralelismo entre las relaciones de las dos actrices en la película y en la novela, e incluso Lorenzo Lucas, el interesado novio de Natalia, se muestra como alter ego de Addison De Witt, el personaje interpretado por George Sanders en la pantalla.

La narradora del libro define así al final su oficio de escritora: “Yo no escribo para que nadie se reconozca en su parte inteligente, sino en su más abyecta y entrañable vulgaridad”. Y continúa: “Soy incapaz de salir de mí misma, y la escritura siempre es un modo del ensimismamiento y la autocompasión. La necesidad de hablar desde detrás de una celosía, para que nadie nos mire directamente a los ojos. Y así escribir siempre sería una renuncia. Un exilio. Una manera de fingir que quizá sale al encuentro del otro cuando en realidad rumia, digiere, regurgita, mastica, relame, traga, se nutre, defeca sus propias e intransferibles palabras.”

La farándula, como la define Ana Urrutia, es la síntesis de faralaes y tarántula. De adornos y venenos. De luces y sombras. Como la vida misma.

Carlos Bravo Suárez

domingo, 7 de febrero de 2016

EL COMENSAL


“El comensal”. Gabriela Ibarra. Caballo de Troya. 2015. 176 páginas.

“El comensal” es la primera novela de Gabriela Ibarra (Bilbao, 1983). En ella, cuenta dos muertes de familiares distantes en el tiempo: el asesinato de su abuelo por ETA en la primavera de 1977 y la muerte de su madre por un cáncer galopante en 2011. Un año después de esta segunda pérdida, Gabriela Ibarra sintió la necesidad de investigar el asesinato de su abuelo y entrelazó ambos relatos en una novela corta, seca, directa, escrita sin la más mínima afectación ni cursilería, alejada de los tratamientos más habituales sobre la pérdida de seres queridos de algunas novelas editadas en nuestro país recientemente. Estos dos sucesos luctuosos son abordados aquí con absoluta neutralidad y casi con el tono aséptico de una crónica, narrados sin sentimentalismos superfluos ni subjetivismos morales que contaminen el relato desnudo y frío de los hechos.

Como escribe la propia autora en la nota previa, la novela es una reconstrucción libre de la historia de su familia. De la muerte de su madre y del rápido proceso destructivo de la enfermedad que la mató, fue ella testigo directo en primera línea; del asesinato de su abuelo, ocurrido antes de su nacimiento y silenciado ante ella por su familia durante su infancia, fue buscando información en internet y las hemerotecas. Pero no todo es autobiografía y documentación en “El comensal”, porque, así nos lo dice la escritora, “a menudo, imaginar ha sido la única opción que he tenido para intentar comprender”.

El primer episodio narrado en el libro es el secuestro en su propia casa, tortura y posterior asesinato de Javier de Ibarra por un comando de ETA en 1977. Ibarra fue un importante empresario y político vasco durante el franquismo, presidente del periódico El Correo Español–El Pueblo Vasco, presidente de la Diputación de Vizcaya entre 1947 y 1950, alcalde de Bilbao entre 1963 y 1969, miembro de la Real Academia de la Historia y autor de varios libros de temática vasca. La familia Ibarra pertenecía al núcleo principal de la burguesía del País Vaso que vivía en Neguri y era, como se dice en el libro, una de las diez o doce familias que coparon el poder político en Vizcaya hasta finales de los años setenta. La nieta narra la muerte de su abuelo con objetividad y distancia, sin opiniones personales ni digresiones morales de ningún tipo. Es tras la muerte de su madre cuando descubre la condición humana de los asesinos de su abuelo, cuyo asesinato siempre había considerado casi como una historial irreal o de ficción, y se asusta cuando pone cara a quienes lo mataron, descubre dónde viven y cómo cualquier persona en determinadas circunstancias puede llegar a considerar normal, e incluso un deber político, la destrucción del otro sin remordimientos.

El relato de la pérdida de la madre es la crónica del avance inexorable de la enfermedad hasta el desenlace final, que se precipita todavía antes de lo esperado y modifica la percepción de la muerte de la hija. “Antes de la muerte de mi madre yo vivía como si lo normal fuera morirse de viejo. […] Ahora creo que lo más corriente es morirse antes de tiempo, como mi abuelo Javier, o como mi madre. […] La muerte antes de tiempo es siempre violenta, irse joven lo es. Igual que partir de un disparo es siempre antes de tiempo. No importa la edad”.

Hay referencias a Robert Walser y a su libro “El paseo” y una cita del escritor suizo cierra “El comensal”: “Sería hermoso tener en el bosque una tumba pequeña y tranquila. Quizá oyera el canto de los pájaros y el susurrar del bosque sobre mí. Lo desearía”. Gabriela Ibarra ha escrito un bello libro sobre la muerte, para mirarla a la cara, saber que no es puede ser esquivada e intentar quitarle, en la medida de lo posible, dramatismo e importancia.


Carlos Bravo Suárez